Cómo el caso de corrupción Bob Menéndez y su repercusión en RD cambiarían negociaciones en Congreso EEUU
1 de marzo de 2016 - 11:05 am - 1
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Están tratando de demostrar que Menéndez intervino en nombre de Melgen dos veces -una vez para tratar de resolver el problema de la facturación del Medicare de su amigo con el Gobierno, y la otra tratando de engrasar las ruedas para un contrato portuario de Melgen en República Dominicana
WASHINGTON-DC, Estados Unidos.-
El caso de corrupción que se sigue en la justicia de Estados Unidos contra el senador demócrata Robert (Bob) Menéndez (Nueva Jersey), podría cambiar la forma en que hasta hoy se negocia en el Congreso de ese país cuando se trata de aprobar alguna ley.
En un trabajo firmado por Amber Phillips, de The Washington Post, se resalta que en abril de 2015, los fiscales federales, lanzaron una bomba a una de las voces principales de la política exterior de los demócratas en el Senado.
Recuerda que entonces acusaron al senador Bob Menéndez (D-Nueva Jersey.) de hacerle favores políticos a uno de sus viejos amigos a cambio de viajes de lujo, regalos suntuosos y dinero para la campaña.
Menéndez, quien fue reelecto para su segundo periodo completo en 2012 y era entonces el principal demócrata en el Comité de Relaciones Exteriores, se declaró inocente y dijo que no había hecho nada malo.
Sus abogados han pasado el último año luchando contra el FBI y el Departamento de Justicia sobre si los fiscales federales en realidad y en primer lugar pueden investigar a Menéndez, un debate que se apoya en una centenaria cláusula constitucional que tiene el potencial para redefinir la forma en la rama ejecutiva puede indagar en el Poder Legislativo.
El lunes, los abogados de Menéndez le estarían pidiendo a un panel de tres jueces federales en Filadelfia que desecharan todos o algunos de la docena -más o menos- de cargos de soborno y corrupción contra Menéndez sobre la base de una cláusula constitucional de 1780 que según ellos argumentan impide el escrutinio de las actividades legislativas oficiales…
Lo que los jueces decidan a finales de este año podría tener importantes repercusiones para el grado de seguridad ‒o no‒ que sienten los miembros del Congreso en sus puestos de trabajo en el día a día ante el proceso federal. Añadiendo más al drama: el caso completo tiene potencial para llegar a la Corte Suprema. Esto es lo que usted necesita saber acerca de este último giro en un caso de corrupción complicado, en solo tres preguntas:
La primavera pasada, Menéndez se convirtió en sólo uno de 12 senadores estadounidenses acusados mientras estaban en funciones. Probar la corrupción es una “barra alta” en el sistema judicial Estados Unidos.
En el caso de Menéndez, los fiscales están tratando de demostrar que Salomón Melgen, un oftalmólogo de la Florida, recibió específicamente favores políticos de Menéndez a cambio de darle algo a Menéndez.
Están tratando de demostrar que Menéndez intervino en nombre de Melgen dos veces -una vez para tratar de resolver el problema de la facturación del Medicare de su amigo con el Gobierno, y la otra tratando de engrasar las ruedas para un contrato portuario de Melgen en República Dominicana.
A cambio, argumentan los fiscales, Menéndez aceptó una serie de viajes y regalos de su amigo durante los últimos años, incluyendo vuelos en jets privados gratuitos, estancias en hoteles de París, viajes a República Dominicana y más de US$750,000 en contribuciones de campaña.
“Ningún constituyente ordinario de Nueva Jersey recibió el mismo tratamiento”, dijo el Departamento de Justicia en una presentación en agosto. (Como muestra de lo difícil que es probar cargos de soborno, en septiembre, un juez federal desechó cuatro cargos de soborno diciendo que las contribuciones de Melgen al fondo de defensa legal de Menéndez no contenían ningún acuerdo explícito de quid pro quo.)
Menéndez ha dicho reiteradamente que los viajes y regalos de su amigo eran el resultado natural de su amistad y que nunca intervino indebidamente en nombre de su amigo. En lo que se ha convertido en un desagradable intercambio, los abogados fiscales han acusado a los fiscales de tratar de sacarle trapos sucios al senador, incluso su vida sexual.
La investigación comenzó después de que un informante anónimo dijo al FBI y medios de comunicación que Menéndez fue “condescendiente” con prostitutas menores de edad en uno de sus viajes a la República Dominicana. Esas acusaciones parecen ser fabricadas, escribió en El PostCarol Leonnig en agosto, pero han dado potencial a la defensa con que argumentar que el Departamento de Justicia no se “detendrá ante nada” para tratar de poner Menéndez tras las rejas.
¿Qué pasaría el lunes?
Tres jueces federales del tribunal de apelaciones escucharán los argumentos de ambos lados sobre algo mucho más amplio que el presuntoquid pro quo entre los dos amigos. Los jueces considerarán si el poder ejecutivo, mediante el Departamento de Justicia, sobrepasó sus límites constitucionales mediante la investigación y los cargos contra Menéndez, en primer lugar.
Los abogados Menéndez están argumentando que el senador estaba haciendo su trabajo legislativo oficial a favor de los intereses de sus constituyentes en Washington, y la cláusula de “discusión o debate” (speech or debate) de la Constitución impide que los actos legislativos de los legisladores sean escrutados por las otras dos ramas del gobierno -a excepción de “traición, delito grave y perturbación de la paz”. Menéndez no estaba involucrado en nada de eso, dicen, y les están pidiendo a los jueces que desestimen al menos algunos de la docena de cargos de soborno y la corrupción bajo la afirmación de que los fiscales federales investigaron inconstitucionalmente a Menéndez.
Los fiscales federales sostienen que la cláusula de “discusión o debate” no se aplica si los legisladores están tratando de influir en los otros poderes del Estado, y dicen que pueden probar en la corte que Menéndez estaba tratando de hacer precisamente eso.
Lo que los jueces decidan a finales de este año podría ir a juicio, posiblemente, justo en el momento de las elecciones presidenciales de noviembre. Dependiendo de cómo los jueces fallen a finales de este año, el caso y sus aplicaciones de la cláusula “discusión o debate” también podría terminar en el Tribunal Supremo.
¿Qué viene ahora?
Esta es una pregunta abierta. Con los años, los tribunales han ampliado las protecciones que tienen los legisladores de que una investigación vaya más allá de lo que dicen o hacen en el pleno de la Cámara o el Senado, según informa David Porter de Associated Press. Sin embargo, Lee Vartan, un ex ayudante del fiscal de EE.UU. en Nueva Jersey, dijo que un caso tan específico como este es “territorio desconocido”.
Y eso es lo que hace a este caso, y sus posibles ramificaciones legales, tan atractivo para el análisis. Se trata de un caso de alto perfil de litigio de una cláusula constitucional no conocida ampliamente. Lo que los jueces decidan, podría establecer el precedente de cuán protegido, o no, se sentirán los legisladores ante investigaciones en el futuro.
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