martes, 1 de marzo de 2016

TESTIMONIOS DE LIMPIEZA DE SANGRE DE DON TOMAS BOBADILLA Y BRIONES

TESTIMONIOS DE LIMPIEZA DE SANGRE DE DON  TOMAS BOBADILLA Y BRIONES
Por Guldo Despradel y Batista
Fuente; Boletín  del Archivo General de la Nación. Año 1942. No. 24-25. Págs... 415/420
A mediados del mes de Octubre del año 1810, Don Tomás Bobadilla y Briones, a la sazón de veinticuatro años de edad (1(1) Se ha dado como fecha del nacimiento de Don Tomás Bobadilla  del 30 de  marzo del 1785 (Rodríguez  Demorozi, Maz Henríquez Ureña, Lugo Lovatón). Su acta de bautismo nadie la ha visto, pues seguramente fue destruida por el incendio de Neyba. De esto da testimonio el mismo Bobadilla, cuando al instrumental su testimonio de su limpieza de sangre le fue requerida por el Síndico Procurador Ramírez Carvajal, tuvo que contestarle  que no la tenía, “porque para la primera y segunda partida  que se exige, media una imposibilidad  moral, y es la de que habiendo  sido quemado, como es notorio, el archivo de la Parroquia de Neyba, donde se hallaban, ya no pueden en ningún modo conseguirla. (Declaración del Alcalde Ordinario Madrigal y Maldonado de fecha 12 de noviembre del 1810). Ahora bien, en el mismo protocolo de los testimonios de limpieza de sangre de Bobadilla vemos este documento de fecha 4 de abril  del  1811, suscrito por el Dr.  José Núñez de Cáceres, Asesor General, Auditor de Guerra por S.M.  Y Gobernador Político interino. Dice  en parte; “ Por cuanto Don Tomas Bobadilla natural de la Isla y vecino de esta ciudad se presentó en este Tribunal con  documentos calificativos de su edad ya cumplida de veinte y cinco  años etc... Es decir que si Don Tomas Bobadilla contaba el 4 de abril del 1811 la  edad de veinticinco años, nació  en el 1786 y no fue en el 1785. Él pudo haber sido en marzo.), y residente en esta centenaria capital de la antigua Española, compareció  ante el Señor Alcalde Ordinario del Segundo voto Don Francisco Madrigal Maldonado para requerirle: Que para los efectos que me sea conveniente, necesito instruir información  de mi limpieza de sangre por parte  paternas,- Estaba vacante, por la muerte ocurrida en el Río  de la l hacha de su legal propietario, la Escribanía de las  del número que está en esta  ciudad ejercía el Doctor D. José María Rodríguez, el futuro Ministro Universal de Pedro Santana, armado con  su diligencia activa e inteligente, encaminada el cumplimiento de todos los requisitos que para obtener estos públicos destinos exigían  las reglas de las Corona de España.
Ante  el escribano Real  y Público Don Juan Domingo de la Rocha se instrumentaron los documentos requeridos para dejar  fiel constancia  de que  por  su ascendencia  paterna Don Tomas Bobadilla y Briones procedía de familias  que  han sido  habidos, tenidos y reputados por personas blancas puras, libres de toda  mala tara,  de moros,  judíos, herejes, negros, mulatos ni recién convertidos, procedentes de cristianos viejos y honrados.--- Limpieza de Sangre que ante los  arcaicos prejuicios raciales de la intolerancia religiosa que no permitían prosperar en estas tierras hospitalarias y democráticas  de América, era requinto indispensable en aquellos pasados tiempos del coloniaje hispánico para poder alcanzar oficios honoríficos o empleos en la administración  política o religiosa.
En su instancia presentada al Alcalde Ordinario, fechada  el 18 de octubre del 1810, Don Tomás Bobadilla, además de requerir de las personas cuyos testimonios solicitaba    una prueba fiel de que sus ascendientes y colaterales  por la rama paterna fueron individuos “blancos y libres de todas malas raza”, formulada a éstas el interrogatorio siguiente:
Item: si les consta que soy hijo legítimo y en legítimo matrimonio de don Vicente Bobadilla y doña Gregoria Briones, Item: si saben que el  citado mi  padre fue hijo legítimo de don Tomas Bobadilla y de doña Mauricia Amaral vecinos que fueron  de esta ciudad habido tenido  y reputado por tal en el matrimonio que contrajeron, - Item; si  doña Mauricia mi abuela fue hija legitima  de don Diego Amaral y de doña Canarias Jiménez naturales de las Islas Canarias y vecino  que fueron de esta Capital..
“Item; si les consta que soy sobrino carnal del doctor Don Juan Bobadilla (2) Fray Cipriano de Utrera en su  obra Universidad de Santiago de la Paz y de  Santo Domingo etc. ( págs. 497-498) al referirse a este  tío de D. Tomás Bobadilla, dice: “ Presbítero Don Juan Bobadilla, matriculado en Cánones y Leyes para el 1779. Nació en Santo Domingo y murió en 1799. Hijo  legítimo de Tomás Bobadilla y de Francisca Amaral, fue tío  paterno de Don Tomás Bobadilla). Prebendado   que fue  de esta Santa Iglesia Catedral, y si igualmente saben  estoy en  inmediato parentesco  con  el Señor Doctor  don  Pedro Valera (3) Con el  Doctor D. Pedro Valera Jiménez, digno Arzobispo, años más tarde,  de esta Arquidiócesis, por abuela paterna de D. Tomas. Doña Mauricia Amaral, quien era hija de D. Diego Amaral y de Catalina Ximenes. Al  dar su testimonio sobre  la  limpieza de sangre de Bobadilla, doña Manuela de Jesús Valera, hermana probablemente  del Doctor Valera y  Jiménez declaró que D. Vicente Bobadilla, padre de Don Tomás, era su primo)
Previa citación  del Síndico Procurador General Licenciado Tomás Ramírez Carvajal, he  aquí la nómina de las personas que prestaron su testimonio ante el interrogatorio que hiciera Don Tomás Bobadilla y Briones, por intermedio del Sr. Alcalde Ordinario de Segundo voto Madrigal y  Maldonado para dejar probada su limpieza de sangre.
Ellas fueron: D. José Troncoso, José de la Fuente,  José Zarga,  el Presbítero Don Manuel de Mena, Da Isabel Zamora Bermejo y Doña Manuela  de Jesús Valera. Todas eran naturales y vecinas de la antigua Santo Domingo de Guzmán  y la mayoría de ellas, además de ser personas ancianas, veían minadas  sus  humanas naturalezas por molestos achaques;  al extremo de que D, Tomás Bobadilla se vio precisado a solicitar al Señor Alcalde; que enviara al escribano para que pensando a sus casas les tome sus deposiciones por los que ellas asistieron al Tribunal.
Los testimonios justificaron plenamente los requerimientos de D. Tomas Bobadilla,  habían conocido a sus  padres, quienes, cuando  nació Don Tomás

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